El vehículo, que funcionará con este tipo de energía y sin una tripulación, saldrá a mediados de este año de los Países Bajos a otros países europeos. Hecho inédito consumando agosto de 2018 una realidad en el agua cuidando el medio ambiente.
El transporte de carga es una de las industrias más contaminantes de la tierra, y un de las que más emite los gases causantes del calentamiento global. De hecho, esta industria emite el 14% de los gases de efecto invernadero, según cifras de la Agencia de protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
Por eso no es una noticia pequeña que el próximo agosto zarpará desde Holanda la primera generación de barcos de carga propulsados en un 100% por energía limpia. De acuerdo con el diario inglés The Guardian, los contenedores saldrán de los puertos de Rotterdam y de Antwerp (Amsterdam), para transportar la mercancía en las aguas internas de los Países Bajos.
Son cinco barcazas de 52 metros de largo y 6,2 metros de ancho, lo que permite que carguen 24 contenedores de hasta 425 toneladas cada uno. Port Liner, la empresa que construyó las embarcaciones, señaló que éstas llevan una caja con baterías, cada una de seis metros de alto, que pueden durar hasta 15 horas.
Además, los barcos no necesitan tripulación ni un cuarto de máquinas. De acuerdo con Port Liner, esto permite que carguen un 8% más de mercancía que otras embarcaciones con dimensiones similares. Según la empresa fabricante, los vehículos serán piloteados con un control remoto, tal como ocurre con los juguetes de niños.
El director de Port Liner, Ton van Meegen, le dijo al diario especializado en la industria del transporte The Loadstar, que “los contenedores se cargarán en tierra por el proveedor de energía limpia Eneco, que produce energía a través de molinos de viento, paneles solares y otras fuentes renovables”.
Con la entrada en operación de estos vehículos de carga, se espera que 23.000 camiones de gran calado dejen de circular por las carreteras europeas, informó The Guardian.
Pero esta es apenas la primera fase de un gran proyecto, que la Unión Europea ayudó a funcionar con 7 millones de euros. De acuerdo con The Loadster, la idea es echar a andar otras seis barcazas de 110 metros de largo y baterías que pueden durar hasta 35 horas, que reducirían las emisiones de dióxido de carbono en 18.000 toneladas anuales.
A pesar de las buenas noticias, la tarea que queda por delante todavía es grande: de acuerdo con Ton van Meegen, para reemplazar a los 7.300 barcos de carga que hoy navegan las aguas internas de Bélgica y los países bajos, su empresa necesitaría 50 años, pues pueden construir 500 de sus vehículos cada año. Por esta razón invitó a los emprendedores de esos países para desarrollar sus propias soluciones de energía verde.
Fuentes: El expectador